Cómo la vista engaña al cerebro en cinco impresionantes ejemplos de errores de percepción visual
La vista es el principal sentido de esta especie bípeda más conocida
como “hombre”. Pero la información que nos proporciona a veces puede no
ser tan fiel a la realidad como parece, dando lugar a una interpretación
errónea en el cerebro. Estos fallos de percepción visual son bien conocidos entre los
profesionales, sin embargo, no dejan de sorprendernos cuando suceden en
situaciones cotidianas, como los cinco vídeos que tenemos a
continuación. Estos increíbles ejemplos desvelan tanto la ilusión como
el error que la produce.
¿Blanco o negro?
El ojo es capaz de realizar una adaptación dinámica a las luces y las
sombras de una imagen, basándose en la comparación con la iluminación de
los objetos adyacentes. En este caso, por increíble que parezca, el ojo
humano parece cambiar la saturación de un objeto según este iluminado
en sombra.
Cuestión de perspectiva
El clásico trampantojo que permite crear un objeto o escena que parece
correctamente proporcionado sólo si se ve desde un ángulo concreto y
que, desde cualquier otro, no muestra absolutamente ninguna información
entendible.
Movimiento relativo
Detectar el movimiento de los objetos también tiene su dosis de error.
Cuando la diferencia entre un plano tridimensional y uno bidimensional
desaparece, algunos desplazamientos pueden inducir a error.
La silla que no existe
Un efecto bastante singular basado en nuestra memoria visual que es
capaz de hacer creer que hay objetos a partir de sus efectos, en este
caso la sombra induce la existencia del objeto, pero una elaborada
disposición de luces y contrastes provocan la percepción errónea.
Bolas antigravedad
Como si estuviésemos encerrados en el mundo de Escher, este efecto juega
con la profundidad visual y la idea preconcebida de cómo funciona la
gravedad. Claro que funciona como un trampantojo, solo engaña desde un
ángulo de visión concreto.
La vista es el principal sentido de esta especie bípeda más conocida
como “hombre”. Pero la información que nos proporciona a veces puede no
ser tan fiel a la realidad como parece, dando lugar a una interpretación
errónea en el cerebro.
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